¿Cuál es NUESTRA MISIÓN?

Mujer, madre, empresaria y defensora del consumo sostenible, siempre me fijo en lo que compro (al punto de pasar dos horas en Franprix leyendo los pequeños textos en cursiva de los envases). Pero, curiosamente, durante mucho tiempo no pensé en mis artículos de higiene menstrual. Estuve condicionada durante años a comprar mecánicamente tampones cada mes, sin pensarlo.


Pero un día tuve que ayudar a mi hija preadolescente a elegir una protección adecuada y ahí fue cuando todo hizo clic. Tuve que dar un paso atrás e informarme. Entonces me di cuenta de que todos esos productos de higiene perjudiciales para el medio ambiente, con composiciones cuestionables, no encajaban en mi filosofía de vida y además no eran especialmente prácticos ni cómodos, sobre todo cuando se trataba de manejar su primer período.


Entonces comencé a interesarme por el concepto de la protección menstrual lavable y volví a pensar en las braguitas absorbentes hipereficaces que ya había probado después de mi parto, que eran tan feas e incómodas como un enorme pañal de bebé... ¡hola, glamour! Así que se me ocurrió la idea de desarrollar unas braguitas menstruales de nueva generación.