Estar desprotegida durante el período es un pensamiento difícil, si no incluso inimaginable, para muchas mujeres, ya que están acostumbradas a compresas, tampones, bragas y copas menstruales. Pero eso es exactamente lo que hacen los aficionados al Free Flow: no utilizan protección higiénica durante la menstruación y dejan que la sangre menstrual fluya directamente al inodoro. En pocas palabras, "hacen" sus días como se hace pipí. Pero, ¿es eso realmente posible?
Instinto de Flujo Libre: Principio y Ventajas
Esta tendencia originada en los Estados Unidos tuvo su gran auge en Francia en 2015 gracias a Internet. Convenció inicialmente a las blogueras y youtubers, especialmente a aquellas que ya abogaban por la protección del medio ambiente y la naturalidad. Así, el método se ha hecho conocido principalmente a través de interacciones en las redes sociales.
El instinto de flujo libre debe ayudar a las mujeres a experimentar su período de manera más placentera, por un lado, a través de un mejor control sobre su cuerpo y, por otro lado, a través de una menor dependencia de productos de higiene menstrual industrialmente fabricados. Concretamente, esto significa que se aprende a sentir la llegada del flujo en la vagina y a ir al baño en el momento adecuado para dejar que la sangre fluya. Una vez que se tiene experiencia, se puede retener el flujo de sangre teóricamente. De hecho, los aficionados a este método dicen que esta retención ocurre de manera instintiva. Por eso, tampoco tienen fugas por la noche y pueden dormir sin protección: su cuerpo toma el control de manera espontánea. Solo por la mañana, cuando es hora de ir al baño, la sangre comienza a fluir nuevamente.
La parte del cuerpo más importante en la técnica del Free Flow Instinct es el perineo. Se considera una parte integral del músculo esfínter, al igual que la vejiga o el ano, y según este método, bastaría con contraerlo para prevenir la salida.
Este método permite, incluso sin protección, sentirse seguro el primer día de la menstruación, ya que solo necesitas contener el flujo. También es práctico si estás de viaje, tienes una agenda muy ocupada o no puedes comprar protección menstrual en ese momento. Si escuchas a tu cuerpo, el sexo también será más placentero.
Sea como sea, los seguidores creen que este método es una verdadera liberación. En la mayoría de los testimonios se encuentra la misma afirmación: la mayoría de las mujeres que han probado el Free Flow Instinct experimentan su menstruación de manera más positiva, incluso aquellas que sufren de dolores durante el período.
Este método también tiene la ventaja de ser realmente ecológico. Cero residuos, sin sustancias químicas ni acciones que puedan causar un shock tóxico: el Instinto de Flujo Libre parece ser la alternativa ideal a la higiene menstrual tradicional. Sobre todo, este método es gratuito. Por lo tanto, es una solución para las mujeres que se encuentran en una situación precaria cada mes.
¿Cómo se logra el Instinto de Flujo Libre?
Según las defensoras, debería ser posible para todas las mujeres aprender esta técnica, aunque puede ser difícil para algunas. Las mujeres que utilizan el dispositivo intrauterino o que tienen un período abundante tienen más dificultades para controlar su sangrado. Lo mismo ocurre con las mujeres que han dado a luz y cuya vulva se ha ensanchado o cuyo perineo no es lo suficientemente fuerte. En este caso, las defensoras del método recomiendan un entrenamiento específico del suelo pélvico.
A pesar de tales dificultades, hay madres y mujeres con menstruaciones abundantes que atestiguan la efectividad del Free Flow Instinct. Para dominar el método, se debe entrenar durante aproximadamente tres o cuatro ciclos, sin presionarse a uno mismo. No hay una técnica infalible para lograrlo, pero las seguidoras ofrecen algunos consejos.
Según su opinión, se deben evitar las compresas desechables. Su presencia conduce a una relajación y provoca el sangrado, ya que el cerebro sabe que hay una protección presente. Es mejor optar por compresas lavables o una compresa improvisada hecha de un trozo de papel higiénico, siendo el desafío no manchar el papel higiénico. Un slip menstrual es ideal aquí para entrenar el Instinto de Flujo Libre. Se usa como ropa interior convencional y evita que te descuides, al mismo tiempo que no se producen manchas no deseadas en caso de un "accidente".
Es recomendable comenzar el entrenamiento en casa con tranquilidad, luego en tu lugar de trabajo y más tarde, paso a paso, en otros lugares. La confianza en uno mismo es muy importante para progresar, y a diferencia de lo que se podría pensar, se debe evitar tensar constantemente el suelo pélvico. Eso es agotador, genera estrés y no es muy efectivo.
¿Cuáles son las desventajas?
Mientras las seguidoras hablan entusiasmadas sobre las muchas ventajas del Free-Flow-Instinct, los especialistas del ámbito médico se mantienen escépticos. Para los médicos que han oído hablar de ello, es más un rendimiento que un método. Es imposible que todas las mujeres logren este rendimiento, ya que la vagina no es un esfínter. En su opinión, no se puede contraer de manera controlada, como se retendría la orina en caso de una fuerte necesidad de orinar.
Algunos médicos advierten a las mujeres sobre el peligro potencial de que la sangre se estanque en la vagina. La vagina no es estéril y podría haber una infección. En cuanto a la libertad y el autocontrol que los aficionados al Free Flow Instinct mencionan, las opiniones están divididas. ¿No sería la verdadera libertad simplemente dejar que la sangre fluya? ¿Y no significaría el deseo de controlar el flujo menstrual una presión adicional y una enorme carga psicológica para las mujeres?
Para Élise Thiébaut, periodista y autora de numerosos libros sobre la menstruación, la fama del Free-Flow-Instinct se explica por el fin del tabú sobre el tema de la menstruación y por la libre expresión de opiniones. Esta tendencia muestra la voluntad de las mujeres de recuperar el control sobre su cuerpo. También refleja el deseo de recurrir a alternativas más saludables y ecológicas a la protección menstrual tradicional fabricada industrialmente, especialmente después de que se encontraron trazas de pesticidas en productos de higiene desechables.